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Sandro Cortese (Kallio Racing) ha hecho historia este fin de semana en Qatar al convertirse en el primer piloto que suma las coronas de Moto3 ™ y del Campeonato del Mundo FIM Supersport. Con 28 años, Cortese se mudó esta temporada al paddock del Campeonato del Mundo MOTUL FIM de Superbike, y brilló desde el primer fin de semana, en Australia. Su desempeño fue similar al de su primera temporada en el campeonato mundial de Moto3™ en 2012. Pero, ¿cómo ha llegado a coronarse  campeón del mundo en ambas cilindradas? Aquí comparamos sus dos temporadas ganadoras.

2018: la consistencia es clave para el debutante

Cortese se subió por primera vez a la YZF-R6 en el test oficial de Australia de este año, consciente de asumir un gran desafío en la desconocida categoría de WorldSSP. Pero hizo que pareciera fácil, y desde la primera ronda demostró ser un candidato al título. Subió al podio en su debut, y no le tomó mucho tiempo familiarizarse con su moto. La continuación de su temporada siguió por los mismos derroteros, y ese ha sido su secreto: Conseguir ser consistente, pese a todo. A lo largo del curso a visitado cinco circuitos desconocidos, pero nunca ha terminado fuera de los seis primeros en cada carrera.

En la tercera prueba del calendario, MotorLand Aragón, firmó su primera pole position y ganó con autoridad. Incluso sus discretos resultados en la calificación del sábado se transformaban en podios al día siguiente, y así ha sumado ocho podios de 12 carreras hasta la fecha en 2018. Su tenacidad y carácter luchador han ayudado desde el principio , aunque no logró el liderazgo del campeonato hasta la sexta ronda, en Donington Park. Con aplomo y sin prisas, ha estado en cada batalla en una categoría tan impredecible como WorldSSP, demostrando las cualidades y la actitud que se necesitan para convertirse en campeón.

2012: La regularidad fue de nuevo la clave

Hay grandes similitudes con el título mundial de Moto3 ™ de 2012, que se aseguró en Malasia a falta de las dos últimas carreras. Pilotando para el Red Bull KTM Ajo, el entonces piloto de 21 años rebosaba ambición, que se tradujo en algunas maniobras arriesgadas a lo largo de la temporada. Pero una vez más, el subtexto de su éxito fue la regularidad que consiguió mantener. Su primera victoria de ese curso llegó en la tercera cita del calendario, en Estoril, y tampoco entonces terminó ya fuera de los seis primeros en la continuación de la campaña. De hecho, sus dos únicas clasificaciones en la sexta posición fueron en Le Mans y Motegi. Después de su victoria de Estoril, las siguientes llegaron en su pista de casa, en Alemania – la octava carrera del año- en Misano y en Sepang, donde se adjudicó el título. Redondeó la temporada con una victoria final en Phillip Island.

Con cinco victorias, cinco segundas posiciones y cinco terceras posiciones, la temporada de Moto3™ fue más larga, pero similar a la desplegada en WorldSSP. El alemán protagonizó batallas sensacionales hasta la línea de llegada, algunos momentos dramáticos y algunas peleas memorables en la pista, y sus actuaciones de 2018 en WorldSSP tienen un eco de esa exitosa campaña en Moto3™.

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